martes, julio 24, 2007

Me tienden sus redes.

Miércoles.

Me acuesto enferma y me levanto enferma. Me harta este encierro, esta cama. Me harta, reviento hacia adentro, me pudro y anido, en tus vaivenes y en las desconsideraciones de varios.
Entre tanto aparece esa imagen en desuso, casi integra, en mis manos, roja sangrante. Detesto el rojo, su traición y su manera cruel de delatar-me.
Viví como pude este tiempo y a nadie convencí. Llegaron a pensar que estaba triste. En realidad no es eso y ningún amor ama mi soledad. Así de simple y vertiginoso. Palabras entre palabras, arma brutal de mi conciencia.


Jueves.

Mis manos y otras manos y todo es tan carnal. Debo confesar haberme paralizado de miedo.
El miedo detuvo mis manos, me hizo torpe y anega mi cabeza. El miedo no me deja reconocer ese goce brutal de abrir mis piernas a la voracidad de ese deseo.
Ni me importo sentir que había caído en la trampa, había cometido un error de principiante: desafiarlo.
Perdí toda noción de espacio y tiempo. Sé que las cosas importantes no dejan señales y al mirar a mi alrededor veo señales por todas partes. Y estoy dispuesta a vivir, quiero hacerlo antes de que el mundo me devore por el excesivo peso de mis principios.
Haré lo que sea necesario. Abandonaré el miedo, la vergüenza, los principios, el pudor y, sobre todo, me desprenderé el vestido, único sostén de mi caída. Quiero dejar constancia de estar viviendo plenamente. Me da tanto miedo.
Y no tengo esa voz, aunque sea esporádicamente, me tranquilizaba, me paseaba en sus versos.
Estoy paralizada, indecisa, corrijo y borro, construyo mil veces mi decir, sintiendo, que hoy nada me satisface. Estoy perdida entre palabras que me ignoran, toda insistencia es inútil.
Después del impensable aluvión de situaciones, imágenes, conceptos y, principalmente tus labios. Estoy ansiosa por vaciarme en palabras, rehacerme en letras. Una vez ya lo dije pero esta vez es definitiva.

viernes, julio 20, 2007

Silencio.

Estoy en escasos signos. En mudos signos escasos. Aún torpe, sin muchos mapas. De carne y hueso pero abstracta. Siempre anunciando las nuevas aguas, mis nuevos discos, mis palabras siniestras, sin sangre. Importara eso?..
Sigo mostrando estas palabras, todas salidas de unos papeles. Rozando constantemente mis sentimientos, confundiendo estados entre mi alfabético sentir. Ahora quiero que, mis papeles, vayan por el aire, que se hagan trizas los más fatídicos párrafos.
Palabras. A veces balas, cachetazos, mimos, venganza, enojos, dudas, amistad, amor, tranquilidad, sexo, soledad. Otras lo torpe, lo mezquino, lo angustiante, lo recetado, lo alegre, lo perdido, lo enfermo y lo ausente. Palabras. A veces no sirven, no alcanzan: son palabras.
Pero ahora ellas son mi único medio.
Por eso más allá de mí y del calendario les deseo que estén rodeados de buenas amistades.

domingo, julio 15, 2007

Adicta a Ella.

Un año, nueve meses y diecinueve días hacen que mis penas se acomoden en un sillón, bailen y se disfracen cuando esta Ella.
Un año, nueve meses y diecinueve días hacen que sea un reducto, como una vez dije, de lo que quiero ser pero ante Ella soy un payaso, una bailarina, una cantante, un mono, un caballito, una alfombra, un perro, un libro, un hada, una bruja, un zapato y una princesa.
Un año, nueve meses y diecinueve días hacen que la quiera demasiado, por no decir que la amo demasiado, como si la vida tuviera que ser escrita desde su mirada.
Ojala pudiera escribir desde su mirada, desde sus palabras, desde su llanto a la mitad de la noche, desde su voz llamando a su mamá, desde sus manos pegajosas y desde su inocencia intacta.
Un año, nueve meses y diecinueve días me hacen creer que la felicidad existe en ese instante, preciso, en que la miro.




miércoles, julio 11, 2007

Quejas.

Cuántica dimensión, invidualista, precipitándose al matadero. Pero adolece de pasado.
Escucharla con la respiración resquebrajada. Mientras yo recordaba en un instante a destiempo.
Deseando volver a esos días sin preocupaciones, a esos días de grandes soles y de noches estrelladas.
No logro entender esta clase de amor doliente. Menos la entiendo a Ella.
Si A y B pudieran, otra vez, llevarse bien. Cuidarse mutuamente. Quizás yo sea un poco más feliz sin que mi felicidad dependa de estados ajenos.
Es que su vida alumbra sus palabras, las mías y las de un otro. Su ser y hasta su propia carne.
Y estas ultimas mañanas lavo mi cara con anhelos fuertes, con incertidumbres y con eso que no digo. Porque diciendo es quedarse de un lado de la cancha y yo no estoy para eso. Ya no puedo y mucho menos quiero quedarme de un solo lado. Escribo y se me ahogan las palabras, no puedo oxigenar mi vocabulario. Mis palabras se cierran despacio, que, me duele escribir.

lunes, julio 09, 2007

Y yo estuve ahí.





A vos que te gusta la luna.

Voy a entrar clandestinamente a tus sueños y en el tiempo donde nacen las imperfecciones te diré mi nombre. No importa que estemos tentando a la suerte ni buscando casualidades. Tratare de evitar, poniendo mi mirada, que desde ese cerro caigan tus palabras al vacío.
Intento construir castillos de metáforas para poder alcanzarte. Pero vos llegas antes mágicamente. Y me sorprendes en instantes intranquilos transformándolos en cálidos y amables. Y ahí es cuando aparecen tus manos que acompañan dulcemente a tus palabras. Bailan con su sonido. A mi me encantan y sonrío.
Sin quererlo te encontré, sin querer-lo ansiosamente. Y ahora exhibo las tranquilidades de mis días, en un escaparate que también son tus palabras.

martes, julio 03, 2007

Declararme en un deseo.

Hoy mientras caminaba por santa fe desde callao hasta pueyrredón me vino una sensación al ver algo, no quiero pensar en esas imágenes difusas otras vez. No quiero volver atrás y estoy ahí. Me quede tontamente ahí. En ese miedo infantil. En ese algo de lo no consumado, de ese encuentro agradable y maldito. Me quede ahí sin escenas mágicas, sin la ternura que esperaba,
Me quede interpretándome como artífice del cambio. Me quede ahí sin una mirada, ni un gesto. Estúpidamente me quede ahí sintiéndome.
Pero esa sensación vino desde el centro mismo de mis tripas y detuvo el tiempo. Me trajo flashes de palabras, de pieles, de su piel, tan escasa. De pensamientos, de temblores y torpezas.
Todavía me provoca remolinos y por eso anudo recuerdos, ato las palabras, esas mínimas cosas que provocan los recuerdos. Siento que olvido y después me doy cuenta que es temporalmente. Me entristece, me encanta, me enoja hace que me rinda, que claudique. Me dejo en un borde infinito, me dejo desorientada. Y ahora estoy en el desarreglo energético que producen sus palabras y mis tantos silencios.



Buhito escribió el LADO B de este escrito. Gracias muchas.