martes, diciembre 13, 2011

Y quiero ser la novia de Popeye.

Sepan que el tema de los subsidios pasó a segundo plano después de probarme la ropa de verano. Y el fin del mundo pasó a no ser tan importante después de saber cuantos centímetros están sobrando por todos lados. Mi cuerpo esta empecinado en alejarse de ciertos poderes para estar estrechamente ligado al corazón. Un lindo lío!
Sintiéndome una orca enladata ando en la vida puteando esa ropa de diseño que no sabes, nunca, qué parte va para adelante y cuál para atrás. Todo es universal. Y cuando, alguna vendedora, me dice: “Es talle único” Quiero armar una especie de guerra. Combatir alocadamente a ese local, a sus vendedoras y por supuesto a su ropa. La paz, en cuanto estos temas, es algo que me otorgan y quitan los talles.
Esquivo miradas extraviadas y sin embargo, pocas veces, puedo escapar de las miradas arpías de mi propio género. Critica punzante ¿Y quienes son los culpables de tanta histeria?
No hay opciones si comiste de más o los nervios o lo que fuese te llevo a sumar-aumentar centímetros. No hay una opción salvadora. Una perdida lamentable de energía. Entre hago algo o padezco todo. Igualmente todo método que quiera implementar, y por más feroz que sea, va a podrir mis entrañas por pretender ser y actuar como alguien que no soy. Igualmente, y contradiciéndome, sepan que estoy pensando seriamente en salir en bolas. O bien ponerme las pilas y estar divina para el verano 2014, claro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Hey ya que viniste hasta acá decime algo